sábado, 19 de septiembre de 2009

Callare...

 
Callare… tu amor y el mío para evitar las miradas que hieren…

cada caricia para evadir los murmullos hirientes…

nuestros besos para silenciar las miradas de la oveja hecha verdugo…

las palabras lascivas que ayer hicieran tiritar nuestros cuerpos…

callare… mis deseos para no enardecer los vapores lujurioso de los púdicos falsos…

cada sueño inconfesable que mi alma guarda por ti…

las noches y los amaneceres pedidas en la lujuria de nuestros cuerpos…

la historia de delirio y perversión más sublime…

callare… tú nombre y el mío para silenciar el pecado de otros…

más no el nuestro…

(Marzo 2003)

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